Neymar vivió una jornada agridulce con el Santos en la undécima fecha de la Serie A brasileña, al ser expulsado en la derrota 0-1 ante Botafogo. Mientras su exequipo celebraba la Champions League, el astro brasileño fue protagonista de una polémica acción que lo dejó fuera del partido y profundizó la frustración de su equipo.
La expulsión de Neymar se produjo tras recibir dos tarjetas amarillas. La primera, en la primera mitad, por provocar a los hinchas rivales. La segunda, y definitiva, llegó en los minutos finales cuando intencionalmente empujó el balón con la mano hacia la portería. Visiblemente molesto, Neymar arrojó el brazalete de capitán al suelo, reflejando la tensión del momento. Esta situación se da en un contexto clave para el jugador, ya que su contrato con Santos vence el 30 de junio, y el futuro de su permanencia en el club está condicionado a una renovación, justo antes de que la liga se detenga por el Mundial de Clubes.
Desde su regreso al Santos en el mercado de invierno, tras su paso por Al-Hilal, Neymar ha disputado 12 encuentros, contribuyendo con 3 goles y 3 asistencias. Sin embargo, este incidente con la expulsión empaña su rendimiento reciente y genera incertidumbre sobre su continuidad. La derrota ante Botafogo, sumada a la polémica de su salida del campo, pone a Neymar y al Santos en el ojo del huracán mientras se acercan decisiones importantes para el futuro del jugador y del equipo.