La Selección de Venezuela visitó a la actual campeona del mundo, Argentina, en una noche que fue mucho más que un simple partido de fútbol. El encuentro en Buenos Aires se convirtió en un evento especial, marcado por la emotiva despedida de Lionel Messi de su público en partidos oficiales. En medio de este ambiente festivo y lleno de simbolismo, la Vinotinto buscó dar la sorpresa, pero se encontró con una Albiceleste en su mejor forma.
Desde el pitido inicial, la selección venezolana no logró encontrar su mejor versión de juego. A pesar de sus esfuerzos, el equipo se vio superado por la superioridad colectiva y el poderío ofensivo de la campeona del mundo. La Albiceleste, que desplegó un fútbol ágil y efectivo, impuso sus condiciones y dejó claro por qué ostenta el título de la mejor del planeta. El dominio argentino se tradujo en una goleada que reflejó la gran diferencia entre ambos equipos en esa jornada.
El primer gol llegó a través de una genialidad: Lionel Messi recibió un pase filtrado y, con su magia habitual, definió por encima del arquero para poner el 1-0. Más tarde, Lautaro Martínez amplió la ventaja, demostrando la profundidad del ataque argentino.
La noche se convirtió en una fiesta cuando, a puro toque y con la gente vibrando, Messi marcó su segundo gol. La ovación del público fue ensordecedora, en un claro reconocimiento al ídolo.
Imagenes de Conmebol