San Lorenzo escribió un nuevo capítulo de garra y corazón en el fútbol argentino al clasificarse a las semifinales tras una dramática tanda de penales (8-7) frente a Argentinos Juniors en el estadio Diego Maradona. El partido, que había visto a Andrés Vombergar adelantar al «Ciclón» y a Tomás Molina igualar agónicamente en el descuento (1-1), se definió desde los doce pasos en una noche donde el arquero paraguayo Orlando Gill se erigió como el héroe azulgrana.
El encuentro fue un pulso estratégico durante la mayor parte del tiempo, con una sólida defensa de San Lorenzo frustrando los intentos ofensivos de Argentinos. Sin embargo, la emoción se desbordó en el tramo final. Tras el gol de Vombergar, cuando parecía sellada la clasificación, Molina apareció en el último suspiro para forzar la tanda de penales. Allí, luego de una precisión casi quirúrgica en los primeros disparos, la atajada de Gill a Maxi Romero le dio la oportunidad a Gastón Hernández de convertir el penal decisivo y desatar la euforia «cuerva».
La clasificación adquiere un significado especial para San Lorenzo tras una semana turbulenta a nivel institucional. El equipo demostró una fortaleza mental admirable, sobreponiéndose a las adversidades y a un empate agónico para sellar su pase a semifinales. La figura del capitán Iker Muniain resumió el sentir del plantel: orgullo, lucha y la convicción de ir por todo.
Ahora, con la moral por las nubes, San Lorenzo espera rival en semifinales, que saldrá del cruce entre River Plate y Platense. Lo que quedó claro en esta épica noche es que el «Ciclón» llega a la siguiente instancia con la firmeza de un equipo que cree en sus posibilidades y que está dispuesto a dejarlo todo en busca del título del Torneo Apertura 2025.
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