El debut de Claudio Úbeda como entrenador principal de Boca Juniors, en la emotiva jornada post-homenaje a Miguel Ángel Russo, se saldó con un inesperado y doloroso revés: derrota 1-2 ante Belgrano de Córdoba por la Fecha 13 del Torneo Clausura. Pese a las claras oportunidades creadas en el primer tiempo por jugadores como Miguel Merentiel y Carlos Palacios, la falta de puntería y el nerviosismo se convirtieron en el principal enemigo del conjunto «Xeneize» en La Bombonera.
El quiebre del partido llegó en el complemento, cuando Belgrano capitalizó los errores locales con una ráfaga letal. A los 58 minutos, Lucas Passerini convirtió un penal sancionado por el VAR, y apenas cuatro minutos después, un autogol de Leandro Paredes estiró la ventaja a un exagerado 0-2. Si bien el ingresado Exequiel Zeballos logró descontar con una gran jugada individual, el tanto fue insuficiente para desatar el milagro. La falta de serenidad y la ansiedad se apoderaron del equipo, que no pudo superar la presión ni siquiera tras el gol.
Esta derrota supone un duro golpe para las aspiraciones de Boca en la recta final del torneo, ya que dilapidó puntos vitales en casa. El equipo de Úbeda mostró fragilidad mental y una preocupante ineficacia ofensiva, con fallos claros que incluyeron un remate de Milton Giménez en el travesaño sobre el final. Boca está ahora obligado a revisar sus falencias y encontrar la calma y la creatividad para reencauzar su camino competitivo.
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