La misma historia. Boca Juniors no logra levantar cabeza y su reciente empate sin goles frente a Argentinos Juniors ha reavivado las alarmas. Lo que podría parecer un tropiezo aislado en la primera fecha del torneo, es para muchos la lamentable continuidad de un equipo que viene de una actuación para el olvido en el Mundial de Clubes y un flojo desempeño en el campeonato anterior.
A pesar de las incorporaciones de Braida y Pellegrino, que llegaron más para sumar al fondo de armario que para generar un impacto real, el equipo muestra los mismos vicios y carencias. La falta de ideas en ataque y la incapacidad de ser un protagonista incisivo en el campo de juego son una constante preocupante. Con los mismos nombres y la misma propuesta, los resultados no sorprenden y la «sopa» futbolística se repite.
El regreso de figuras como Leandro Paredes genera expectativas, pero su sola presencia no parece ser suficiente para transformar un panorama que exige cambios profundos. Boca necesita reencontrar el rumbo, la identidad y, sobre todo, la jerarquía que históricamente lo caracterizó.
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